Autodidactas


Si Andrés no estudia toda su vida será un trabajador descapitalizado. En cambio yo, aunque no haya estudiado, es decir, aunque no sea un profesional de la cultura, dispongo de este negocio y eso me da una seguridad para aprender por mi cuenta. Mi padre me hizo un favor cuando me obligó a dejar lo estudios al acabar el BUP. Yo estudio en la trastienda de este negocio. De vez en cuando levanto la vista y me noto a mí mismo como en el fondo de una caja de caudales. Más seguridad imposible. En cambio Andrés ha de hacer filigranas para poder matricularse y seguir de mala manera los cursos en Ciencias de la Información. Da clases. Hace guardias en una discoteca, hacia Masrampinyo, o se va a la vendimia, como el año pasado. Es muy inteligente, muy receptivo, pero cada vez tiene más miedo.

-¿Miedo a qué?

-A que todo lo que hace no le sirva para nada. No puede permitirse, como yo, el gozo por un sentido deportivo de la cultura.

Manuel Vázquez Montalbán La rosa de Alejandría

Le tengo ojeriza a los libros de misterio desde que, siendo adolescente, tratara de leer algunas obras de Agatha Christie que me aburrieron hasta lo indecible. No obstante, tras La verdad sobre el caso Savolta, tenía buenas expectativas con la versión española del género. No sé si es porque siento el ambiente y los personajes más cercanos, el marcado carácter social, los pocos remilgos con que el sexo entra en escena o la receta de sardinas con arroz, minuciosamente descrita. Ni idea. Llevo un tercio de libro y el misterio es lo de menos. Tremendo Pepe Carvalho.