El nombre del viento. Patrick Rothfuss


Ya está aquí la reseña prometida que, en consonancia con el libro (872 páginas), va a ser larga, cuasienciclopédica. Expongo primero los datos que me proporcionaron sobre la obra y su autor y después la crítica en sí con un breve análisis de los puntos más destacados: Estructura, lenguaje, personajes, ambiente, religión, magia y conclusiones.

image0 Título original: The Name of de Wind. The Kingkiller Chronicle: Day One Autor: Patrick Rothfuss Traducción: Gemma Rovira Ortega Editorial: Random House Mondadori Sello: Plaza&Janés ISBN-13: 9788401337208 Género: Fantasía 872 pp. Encuadernación pegada 15x23cm, tapa blanda.

De la contraportada:

He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y escrito canciones que hacen llorar a los bardos. Me llamo Kvothe. Quizás hayas oído hablar de mi.

Sinopsis

Kvothe es un personaje legendario, el héroe y el villano de miles de historias que corren entre la gente. Todos le dan por muerto, cuando en realidad vive con un nombre falso en una posada apartada y humilde, de la que es propietario. Nadie sabe ahora quién es. Hasta que una noche un viajero, llamado el Cronista, le reconoce y le suplica que le revele su historia, la verdadera, a lo que finalmente Kvothe accede. Pero habrá mucho que contar, le llevará tres días. Este es el primero… | Kvothe (que podría pronunciarse ‘Kuouz’) es el hijo del director de una compañía itinerante de artistas –actores, músicos, magos, juglares y acróbatas– cuya llegada a los pueblos y ciudades siempre es un motivo de alegría. En ese ambiente Kvothe, un niño prodigio muy alegre y servicial, aprende distintas artes. Para él, la magia no existe; sabe que son trucos. Hasta que un día se tropieza con Abenthy, un viejo mago que ha dominado los arcanos del saber, y le ve llamar al viento. Desde ese momento Kvothe solo anhela aprender la gran magia de conocer el nombre auténtico de las cosas. Pero ese es un conocimiento peligroso y Abenthy, que intuye en el niño un gran don, le enseña con cautela mientras lo prepara para que un día pueda ingresar en la Universidad y convertirse en un maestro de magos.

Nota: He cortado la sinopsis que me dieron porque me parece un spoiler bestial.

Autor

Patrick Rothfuss vive en Wisconsin y es profesor de lengua y literatura inglesa en la universidad local. El nombre del viento es su primera novela y la primera entrega de su trilogía La crónica del asesino del rey, que, según sus propias palabras, es la historia más sencilla del mundo: el relato de la vida de un hombre. Una historia que tardó siete años en escribir y otros siete en ver publicada, mientras seguía corrigiendo una y otra vez su voluminoso manuscrito.


Estructura

Como se indica en la sinopsis, esta no es una historia conclusa, sino la primera parte de una trilogía en la que un hombre legendario narra su vida. El libro abarca desde su infancia hasta sus últimos días en la poco convencional Universidad de El Arcano. Hay una pequeña introducción en la que conocemos al Kvothe actual, un posadero que guarda celosamente su pasado hasta la llegada de Cronista. A partir de ahí se pueden diferenciar tres partes claras en la historia, aderezadas con pequeños interludios en el presente interno:

Primera infancia, en la que conocemos el feliz entorno de la farándula en que se ha criado y que aparentemente presagia la típica aventura heroica con alegres compañeros de camino. Pero un trágico suceso romperá ese discurrir natural y arrastrará al personaje a la más absoluta de las miserias.

Infancia en Tarbean y toma de conciencia: Nuestro futuro héroe de repente se ve convertido en un lacrimógeno Tom Sawyer y sufre constantes desgracias mientras bloquea todo recuerdo de su vida anterior. Pero el pasado vuelve para explotarle en la cara y decide retomar el camino interrumpido, marchando a la Universidad. La lectura de esta parte, aunque importante para comprender la historia, se me hizo bastante cuesta arriba.

La Universidad: Todo lo anterior no es más que un extensísimo leit motiv, en este Hogwarts libre de azúcar, especias y cosas bonitas topamos al fin (página 300) con el corazón del libro: magia, poder, fama, amor y peligros. Vamos, una novela de fantasía en estado puro. La lectura se acelera, absorbe e intriga hasta el punto de hacerse casi del tirón (nota mental: no acostarse a las 3 de la mañana leyendo si te tienes que levantar a las 7) y el final te deja, como todas las historias inconclusas, con muchas preguntas en la boca, diría que demasiadas.

Me explico: en las obras muy amplias resulta complejo mantener el interés del lector de forma continuada. La táctica del suspense funciona, pero no es conveniente alargarla o pierde efecto. La mayor parte de autores optan por incluir multitud de personajes, con sus propias tramas personales autónomas que transcurren de forma paralela al hilo principal y dinamizan la historia, subtramas que se resuelven en el mismo libro, dando una sensación de plenitud, aunque sepamos que es sólo una parte de la Gran Historia.

La narración de Rothfuss es única, contada por su protagonista desde su exclusiva perspectiva y de forma secuencial. No hay pequeños relatos, sino sucesión de hechos, un anecdotario en orden cronológico. Por eso deja un mal sabor, ya que se nos niega la posibilidad de saciar un estómago con hambre de pequeños finales.

Lenguaje

Quiero dedicarle un apartado a este aspecto, y si leen el prólogo entenderán a que me refiero. El autor gusta mucho del lenguaje preciosista y abusa de él con demasiada frecuencia. Algunas metáforas son originales y acertadas, otras son también originales pero no terminan de cuajar, y muchas echan mano del tópico al uso (el hombre del pelo rojo como el fuego, repetido hasta la saciedad). A veces da la sensación de que se mezclan los arcaísmos con un lenguaje demasiado actual. Ese "silencio triple" que da comienzo a la obra creo que puede espantar a los lectores que lo usen como medida del libro. Por fortuna, como ya he dicho, mejora y, una vez conoces toda la historia, adquiere algo más de sentido.

Hay un mayor dominio del diálogo, que transcurre con la ligereza que le faltan a las descripciones y tal vez sea por eso que lo mejor del libro coincida con un considerable incremento de personajes e interacción entre éstos.

Finalmente no quiero dejar de destacar algo que aparece de forma muy puntual pero el autor maneja muy bien: la ironía. Es una veta que debería ser mejor explotada, porque capítulos como Un día precioso no se leen todos los días.

Personajes

La chica, los amigos, el mentor, el villano... no falta nadie y faltan todos, porque sólo existen en la medida que se cruzan con el campo visual del héroe. No es que sean planos sino que son, simplemente, parciales. El protagonista discurre a ojos del lector como niño prodigio repelente, criatura desamparada y adolescente problemático, compulsivo hasta el extremo que dan ganas de gritarle lo de Gandalf en las minas de Moria. En general sus actos son coherentes con la actitud que nos transmite el personaje: buscan la comprensión del lector, no su simpatía.

Visto como narrador la cosa cambia. El escritor se inmiscuye en la ficción mediante reflexiones metaliterarias puestas en boca de Kvothe, obsesionado por hacernos entender que él no quería escribir un libro convencional, que lo que cuenta es realista y no se rige por los topicazos del género. Frases del tipo "Si esto fuera una historia como las que cantan los bardos habría pasado tal o cual cosa, pero esto era el mundo real y pasó esto otro..." sobran, y mucho. La originalidad y verosimilitud no se explican ni necesitan recordatorios, se logran. Es una intromisión del autor innecesaria y muy contraproducente, pues hace que cada cliché que nos encontremos salte a la vista con la fuerza de un reproche.

Contexto

Se trata de un mundo medieval prototipo, con una fuerte influencia religiosa, y dividido en cuatro grandes regiones. No hay orcos ni nada parecido, sólo humanos y algunos seres de carácter sobrenatural en cuya existencia se cree según lo supersticioso de la zona pero no es que te los vayas encontrando por los caminos a diario. Aunque son tenidos por demonios, las únicas apariciones reales dan a entender que se trata de seres feéricos (leyéndolo no se me quitaba de la cabeza Lores y Damas de Terry Pratchett)

En la edición anticipada no había mapa, aunque veo que en la que saldrá a la venta sí. En todo caso apenas hace falta utilizarlo, ya que no se trata de una aventura de camino con sus correspondientes encuentros, el itinerario geográfico se reduce al mínimo y la acción bélica es inexistente.

Religión

Íntimamente ligada al anterior, pues constituye la principal fuente de información sobre su historia, que podríamos clasificar en dos tipos: - Leyendas populares, expresadas a partir de la propia experiencia de Kvothe, piezas teatrales y canciones infantiles - El Gran Relato oficial, abanderado por una Iglesia monoteísta que además ostenta poder judicial. Este génesis religioso lo conocemos gracias a algunas historias contadas con el estilo de la literatura sacra (es decir, cargante, con la monotonía de los sermones) y su representación en las fiestas populares.

Como no podía ser de otra manera, con el tiempo Kvothe descubre que los cuentos que oyó siendo un niño ocultan mayores verdades que las prédicas de los sacerdotes.

Magia

He dejado para el final lo más interesante. Aclarar que la Universidad que estudia Kvothe no es exactamente Howgarts, en ella se aprende todo lo que cabría esperar de una institución actual, (ingeniería, medicina, retórica, aritmética, química...) pero con la diferencia de que la magia se halla presente en todos sus aspectos.

Podríamos decir que hay dos tipos de magia:

  • Magia práctica, llamada Simpatía que se basa en la disciplina mental, un refrito de conceptos alquímicos respecto a la afinidad de la materia y las leyes de la termodinámica (esas que tan bien supieron explotar en Fullmethal Alchemist con el principio del intercambio equivalente). A raíz de esta se desarrolla en profundidad la ingeniería, aquí denominada Artificería (¿conocéis la magia del escenario de campaña Eberron de D&D?, pues eso)
  • Magia metafísica, referente al poder de los nombres. Es la que lleva a Kvothe a la universidad y parte de la idea de que el verdadero nombre de las cosas te otorga control sobre ellas. Aunque no es ninguna novedad este tratamiento de la magia -ya fue utilizada por Eddings en sus Crónicas de Belgarath y Mallorea o, en las antípodas literarias, por Paulo Coelho en El Alquimista- sí es poco usual y está bien dosificada, con pequeñas pero espectaculares apariciones que anuncian un mayor desarrollo en la continuación de la crónica.

Conclusión

Es un libro ambicioso y difícil de juzgar sin conocer la historia completa, ya que el hecho de ser una trilogía parece responder más a una simple división práctica por parte de la editorial que a la necesidad narrativa; sólo le falta un gran Continuará... en la última página. Está bien escrito aunque excesivamente recargado, entretiene, intriga y te deja con ganas de leer más. Vamos, que no tiene punto medio: primero aburre, después entusiasma y el final parece cortado a tijera.

Puntuándolo en una escala de 10 le doy un 7, ya que, pese a las carencias comentadas, destaca en comparación con lo que se suele publicar del género.