Remember the disc


Vimes suspiró para sus adentros. Él tenía un cuaderno. Y tomaba notas en él. Siempre resultaba útil. Y entonces Sybil, que los dioses la bendijeran, le había dado aquel diablillo con quince funciones que hacía tantas otras cosas, aunque por lo visto al menos diez de aquellas funciones consistían en pedir disculpas por su ineficacia en las otras cinco.

-Podrías anotar un memorando -dijo Vimes.

-¡Uau! ¿De verdad? ¡Caray! Vale. Claro. No hay problema. Vimes carraspeó

-Ver al cabo Nobbs tema puntualidad. También tema título de conde.

-Esto... lo siento, ¿eso era el memorando?

-Sí

-Lo siento, había que decir "memorando" al principio. Estoy bastante seguro de que está en el manual.

-Muy bien. Pues eso era el memorando.

-Lo siento, tiene que decirlo otra vez.

-Memorando: ver al cabo Nobbs tema puntualidad. También tema título de conde.

-Lo tengo -dijo el diablillo-. ¿Quiere que le recuerde esto a alguna hora en particular?

-¿A la hora de aquí? -preguntó Vimes en tono malicioso-. ¿O a la hora de Klatch, por ejemplo?

-De hecho, puedo decirle qué hora es...

-Creo que lo voy a apuntar en mi cuaderno, si no te importa -dijo Vimes.

-Oh, bueno, si lo prefiere, puedo reconocer la escritura -dijo el diablillo con orgullo-. Soy bastante avanzado. Vimes sacó su cuaderno y lo sostuvo en alto.

-¿Cómo esto? -preguntó. El diablillo miró un momento con el ceño fruncido.

-Sí -dijo-. Eso es escritura, estoy bastantes seguro. Palitos, lacitos, todo unido entre sí. Sí. Escritura. La reconocería en cualquier parte.

-¿No tendrías que decirme qué es lo que dice? El diablillo puso cara de recelo.

-¿Lo que dice? -preguntó-. ¿Se supone que hace ruidos?

Terry Pratchett. Pies de barro

Aunque en España no vio la luz hasta 2006, Terry Pratchett publicó este libro en 1996, en plena efervescencia de las PDAs como cacharritos que prometían hacer las delicias de todas las secretarias del mundo.

Para los que no estén familiarizados con el Mundodisco -saga que originalmente parodiaba los libros de fantasía pero ha terminado por extenderse a la sociedad en su conjunto- decir que el concepto del diablillo como tecnología, surrealista deus ex machina, es un tema recurrente desde sus inicios.

Ya en El color de la magia un sorprendido mago Rincewind trataba de adivinar los procesos químicos de las, hasta ese momento, desconocidas cámaras fotográficas:

Hasta un mago fracasado sabía que algunas sustancias eran sensibles a la luz. Quizá aquellas placas de cristal estaban tratadas mediante algún proceso arcano, que congelaba la luz al atravesarlas. Tenía que ser algo por el estilo. Rincewind sospechaba a menudo que, en alguna parte, tenía que haber algo mejor que la magia. Y a menudo sufría decepciones. [...] Rincewind hincó una rodilla en el suelo, la mejor postura para tomar el cuadro, y apretó la palanca mágica.

—Es inútil. Me he quedado sin rosa -dijo la caja.Una puertecita, hasta entonces ignorada, se abrió frente a sus ojos. Una figura humanoide, pequeña, verde y con horribles verrugas se asomó al exterior, mostrándole en una mano engarfiada una paleta de pintor con costras de colores, gritándole furioso.

—¡No hay rosa! ¿Lo ves? -graznó el homúnculo-. Es inútil que sigas apretando la palanca si no queda rosa, ¿no crees? Si querías rosa, no debiste sacar todas aquellas pinturas de jovencitas, ¿verdad? De ahora en adelante, blanco y negro, o nada. ¿Entendido?

—Muy bien. Claro. Cómo no -asintió Rincewind.

En un rincón oscuro de la caja, le pareció ver un caballete de pintor y una pequeña cama sin hacer. Deseó equivocarse.

Termino la entrada con dos vídeos. El primero es una escena del especial Star Wars en Padre de familia. Se trata del momento en que la princesa Leia graba en R2D2 el famoso "Ayúdame Obi-Wan Kenobi" (en inglés).

El segundo tiene ya sus años pero sigue haciéndome reír a carcajadas. Si es que a veces nos gusta complicarnos la vida...

Fragmento del show "Øystein og jeg" on Norwegian Broadcasting Copyright (C) NRK, 2001. With Øystein Backe (ayudante de biblioteca ) and Rune Gokstad (monje desesperado). Gentileza de Mariana Windingland (traductora).