Como buena niña prodigio, Fara pasó su infancia sometida a un estricto programa de entrenamiento abuelil. Cientos de sobremesas con Jeanette Rodríguez y Carlos Mata moldearon su cerebro para el consumo de anime.
Como buena niña prodigio, Fara pasó su infancia sometida a un estricto programa de entrenamiento abuelil. Cientos de sobremesas con Jeanette Rodríguez y Carlos Mata moldearon su cerebro para el consumo de anime.